Emprender nos llena de entusiasmo, pero también es un camino que nos desafía a crecer con responsabilidad, carácter y sabiduría en la manera en que administramos lo que Dios nos confió.
Por eso, hoy queremos compartir algunos errores que muchos de nosotros enfrentamos al iniciar un proyecto, y cómo podemos corregirlos antes de que se conviertan en obstáculos más grandes.
Mezclar las finanzas personales con las del negocio
Uno de los errores más comunes es usar las mismas cuentas para todo. Al hacerlo, perdemos claridad: no sabemos si el negocio realmente es rentable o si simplemente estamos sosteniéndolo con nuestros ingresos personales.
Abrir una cuenta bancaria específica para el emprendimiento y asignarnos un salario, por mínimo que sea, nos ayuda a ordenar la gestión y tomar decisiones más realistas.
Confiar en un optimismo ingenuo
Creer que todo va a salir bien sólo por tener fe, puede ser peligroso si no se combina con planificación. El entusiasmo es vital, pero no reemplaza la necesidad de evaluar riesgos, preparar reservas para tiempos difíciles y estar listos enfrentar nuevos cambios.
No establecer límites claros
Cuando emprendemos, es fácil decir que sí a todo. Nuevos clientes, nuevos proyectos, nuevas ideas… hasta que terminamos agotados y desenfocados.
Aprender a decir “no” de manera saludable es parte de cuidar el llamado que recibimos. No todo proyecto, aunque sea bueno, está alineado con la misión que Dios nos dio. El discernimiento es tan importante como el esfuerzo.
Olvidarnos de nuestro propio crecimiento
A veces estamos tan inmersos en el hacer diario que descuidamos lo más importante: seguir creciendo como personas y como líderes. Apartar tiempo para capacitarnos, nutrirnos espiritualmente, cuidar nuestro cuerpo y mente, es una manera de seguir la voluntad de Dios.
Emprender no es un camino solitario
Es muy importante construir redes de apoyo: buscar mentores, compartir con colegas, formar equipos que compartan nuestra visión y nuestros valores. No fuimos diseñados para caminar solos, tampoco en los negocios.
Atar nuestra identidad a los resultados
Uno de los errores más sutiles, pero más peligrosos, es creer que nuestro valor depende de cómo le va a nuestro emprendimiento. Cuando los números son buenos, nos sentimos valiosos. Cuando las cosas van mal, dudamos de nosotros mismos.
Nuestro valor no está en lo que hacemos ni en lo que logramos. Está en la identidad que Dios nos da, por ser sus hijos.
Emprender es construir, junto a Dios, una vida que impacte a otros y nos transforme a nosotros mismos en el proceso.
Site interesan estos temas, te invitamos a nuestro próximo webinar, donde Guillermo Pereyra nos compartirá consejos prácticos para incorporar mejores hábitos que nos impulsen a cumplir nuestras metas y hacer crecer nuestro negocio.
Nos vemos el martes 6 de mayo. ¡Te esperamos!
Horarios:
6 PM 🇨🇷 Costa Rica, 🇲🇽 México
7 PM 🇨🇴 Colombia, 🇵🇪 Perú
8 PM 🇧🇴 Bolivia, 🇨🇱 Chile, 🇨🇺 Cuba, 🇻🇪 Venezuela
9 PM 🇦🇷 Argentina, 🇺🇾 Uruguay
📍 Plataforma: Zoom
ID de reunión: 2121 7474 21
